Desde la contratación de Doug Field, el responsable de la creación del Model 3 de Tesla y otrora encargado de la construcción del primer vehículo Apple, Ford ha dado indicios de una renovación integral.
Es innegable que Ford ha sido una marca de culto enfocada en la productividad, tradición y rudeza. Los clientes de Ford, además de fiabilidad en el producto final, son apasionados por la marca misma. Nada más diciente que su eslogan “Built Tough” o en español, “Construido para durar”, para apelar a la fuerza que sus vehículos transmiten.
Más allá del mercadeo y de su tradición validada por sus productos insignia como el Mustang, el Ford GT o la F-150, Ford ha sido una empresa con un ADN genuino. Ese mismo ADN, ha hecho de Ford una de las marcas más importantes del mercado automotor, aun así, su tradición hoy más que nunca carga con un peso que ni sus mejores Pickups pueden cargar. Los esquemas de distribución han sido radicalmente amenazados por nuevos modelos de negocio que no contemplan distribuidores que asuman inventarios robustos, las cuentas por cobrar, las cuotas presupuestales y el contacto con los clientes finales. Particularmente Tesla, que tiene poco más de 21 años de fundada, puso en el centro del huracán la estructura grande y vigorosa del todopoderoso Ford con sus 120 años de historia. De nuevo entramos en el paradigma de lo nuevo contra lo tradicional. Sin duda, la situación de Ford es complicada, ya que saltarse a sus canales que han sido sus aliados por más de medio siglo limita su capacidad de innovar en lo que al esquema de distribución respecta.
Sin embargo, hay una carta sobre la mesa: la Electromovilidad. Ford tiene todas sus apuestas en los nuevos sistemas de electromovilidad, pero contrario a innovar disruptivamente, Ford Motor Company tomó la decisión de seguir fiel a su tradición, y es esa mezcla lo que puede llevar a Ford a repuntar en su valoración de mercado. Justamente la tradición vuelve a aparecer como un bucle donde deja de ser el ancla en el crecimiento de la empresa y nace como salvación.
¿Cómo lo puede lograr? Ford F-150 Lightning. Sí, las apuestas están en hacer más de lo mismo, pero diferente, el vehículo más vendido en Estados Unidos desde hace 45 años es la carta para enfrentar los nuevos mercados. Entender la electromovilidad no es tarea fácil, cuando hablamos de la Lightning, no hablamos precisamente de un vehículo utilitario, no hablamos ni siquiera de un vehículo. La Ford F-150 Lightning es todo lo que el cliente americano siempre ha querido, un vehículo, un mini-truck, un pickup, una máquina y ahora una planta eléctrica. Esta camioneta está hecha para hacerlo todo.
Esta nueva camioneta ha repensado los sistemas de carga para vehículos eléctricos, ha puesto en marcha nuevos planes de infraestructura eléctrica, ha impulsado nuevos tipos de Wallbox para carga domiciliaria y ha puesto a trabajar a los diseñadores de electrolineras. Así mismo, se ha adentrado en el mercado de maquinaria industrial, de generación de energía eléctrica y lo mejor de todo; hace que, ante la coyuntura actual, se logren ahorros ostensibles en facturas de combustible, energía eléctrica y mantenimiento.
El mundo de los vehículos eléctricos está atento junto con los fabricantes de EV Chargers, los diseñadores de software y los usuarios de redes eléctricas. La F-150 Lightning llegó para aportar verdaderamente a la transición energética, a las Smart Cities y al mundo automotriz. Tal parece que la apuesta para sacar adelante a la Ford Motor Company es una apuesta real para hacer de este mundo, un mundo más sostenible. Estamos todos expectantes de cómo la tradición de Ford con innovaciones reales puede sacar adelante a una empresa en apuros.